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Foto del escritorMaría Cristina Adassus

¿Cómo... por qué? 14 de julio de 2017


¿Cómo y por qué nació la idea de escribir “Ojos negros, entre luces y sombras”?

Después de la publicación del cuento “Ojos Negros” en el año 2016, la gran repercusión y difusión que tuvo a través de las redes sociales gracias a los millones de fans del actor turco Engin Akyürek (quien fue mi inspirador), recibí cantidad de mensajes pidiendo la continuación del cuento.

Como todo cuento, “Ojos Negros” tiene un principio y un final, por lo tanto no podía darle una continuación. Además está la propiedad intelectual de por medio a la que no debía violar.

Fue difícil encontrar en mi cabeza una historia que me apartara de la serie turca Kara Para Ask vista por Internet y que actuó como disparador del cuento. Tampoco deseaba desterrar totalmente al protagonista, al contrario, necesitaba que fuera nuevamente el personaje principal de la nueva historia, por mi como su admiradora y por todas las demás fans, porque en nuestra imaginación ya estaba instalado nuestro héroe.

Entonces apareció una nueva historia con un mismo protagonista, pero con nuevo nombre y nuevos personajes, escenarios y lugares que fueron construyendo la trama.

El argumento de la novela, además de ser una historia de amor interrumpida por el destino, está inspirada en los terribles ataques terroristas ocurridos en ambos países, Argentina (Embajada de Israel 1992 / AMIA 1994), y Turquía (2016). Fueron muchos meses de investigación gracias a Google Earth, Wikipedia, distintas páginas y periódicos en Internet, ver mapas, calcular distancias, estudiar el comportamiento de los habitantes de esos sitios, topografía de las zonas que se mencionan, costumbres, gastronomía, tradiciones, cultura; mucho de ésto quizá no esté contado en la obra, pero fue necesario para que resulte más creíble la novela y porque yo no conozco Turquía.

“Sin Límites” me abrió las puertas a un mundo desconocido, un mundo que hasta ese momento para mí no existía. Su título ya fue premonitorio, atravesó las fronteras más lejanas y cruzó todos los continentes. Nacieron nuevas amistades de muchas latitudes, de diferentes razas, cultos, costumbres y tradiciones, coseché mensajes de amor y de aliento; recibí fotografías, postales, deseos de buenos augurios… todo tan enriquecedor y emotivo que sentí que, a todas esas personas, que me hablaban en tantos idiomas, debía darles más, sentía que tenía con ellas un compromiso mayor. Este público que me sigue y lo digo sin pedantería, me provocó. Me retó a duelo, en el mejor de los sentidos, y yo que soy una persona intrépida y audaz, que va más allá, que siempre quiere más, dije: “sí, ¿por qué no escribir una novela?, ¿qué tan complicado puede ser? Ellos la piden, yo se las daré”. Sin embargo, escribir esta novela fue lo más difícil que he emprendido en mi vida, pero mi tenacidad, el optimismo y el ser positiva es una de mis características, así que me propuse el objetivo primordial: ¡escribir la novela!

Alguien dijo alguna vez que no crecemos cuando las cosas se vuelven fáciles, lo hacemos cuando afrontamos desafíos, cuanto más grandes sean estos desafíos, más radiante será la luz que se esconde detrás de ellos. Yo no creía que ésto podía ser así hasta que lo comprobé.

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